Como parte del Proyecto Águilas Crestadas Argentinas (Fundación Cabure-í), dos científicos recorren la selva en busca de las aves de presa más espectaculares. Sus responsables son Facundo Barbar, doctor en biología e investigador asistente de Conicet-Inibioma, y Manuel Encabo, técnico universitario en gestión, manejo y conservación de la biodiversidad.
“Pasamos cuatro años recorriendo las selvas, viviendo todo tipo de aventuras, hasta que en uno de esos viajes nos encontramos con un espectáculo muy inusual, en Misiones: cuatro águilas en vuelo. Algo interesante estaba pasando y finalmente, lo vimos: ¡un águila con su pichón! Hubo mucha emoción, no niego que incluso algunas lágrimas, cuando logramos identificar de quién era ese nido y qué sucedía allí”, describe Encabo.
“El águila viuda es una de las aves de presa más desconocidas y en peligro de extinción en el país. Con este nido tenemos la posibilidad de conocerlas más, saber cómo viven, qué comen, qué podemos hacer nosotros para asegurar su protección y su conservación. Este nido también nos da la posibilidad de mostrar imágenes únicas de esta ave fascinante y hermosa, y acercarla a la gente”.
“La presencia de estos animales nos permite saber que el ambiente está en buen estado, ese dato es clave, y que estén anidando justamente dentro de un área protegida nos demuestra que necesitamos más protección para el ambiente, los árboles, la fauna; necesitamos más extensión y cuidar más a las que ya existen”, explica Encabo.
“Pasamos cuatro años recorriendo las selvas, viviendo todo tipo de aventuras, hasta que en uno de esos viajes nos encontramos con un espectáculo muy inusual, en Misiones: cuatro águilas en vuelo. Algo interesante estaba pasando y finalmente, lo vimos: ¡un águila con su pichón! Hubo mucha emoción, no niego que incluso algunas lágrimas, cuando logramos identificar de quién era ese nido y qué sucedía allí”, describe Encabo.
“El águila viuda es una de las aves de presa más desconocidas y en peligro de extinción en el país. Con este nido tenemos la posibilidad de conocerlas más, saber cómo viven, qué comen, qué podemos hacer nosotros para asegurar su protección y su conservación. Este nido también nos da la posibilidad de mostrar imágenes únicas de esta ave fascinante y hermosa, y acercarla a la gente”.
“La presencia de estos animales nos permite saber que el ambiente está en buen estado, ese dato es clave, y que estén anidando justamente dentro de un área protegida nos demuestra que necesitamos más protección para el ambiente, los árboles, la fauna; necesitamos más extensión y cuidar más a las que ya existen”, explica Encabo.