Una de las características más importantes que definen a los seres vivos es que están formados por células. Pero, ¿qué son las células?
En 1665, Robert Hooke dio a conocer sus observaciones sobre tejidos vegetales como el del corcho, realizadas por un microscopio construido por él mismo. Al ver en esos tejidos unidades que se repetían como las celdillas de un panal, les dio el nombre de células.
A pesar de este magnífico descubrimiento, pasaron casi 200 años hasta que los científicos reconocieron que tanto las plantas como los animales están formados por células.
El interior de las células
Las células que constituyen el cuerpo de todos los organismos pluricelulares y el de muchos unicelulares están compuestas por:
• una envoltura llamada membrana plasmática;
• un citoplasma que contiene órganos diminutos u orgánulos, la mayoría recubiertos por una membrana;
• el núcleo que contiene el material hereditario, rodeado por una membrana.
Estas tres características son comunes a todas las células eucariotas (aquellas que tiene un núcleo definido). Hay otras características que permiten diferenciar, por ejemplo, las células animales de las células vegetales. Estas últimas poseen cloroplastos, orgánulos que contienen un pigmento verde llamado clorofila, y tienen una pared celular rígida que envuelve la membrana plasmática.
A diferencia de las células eucariotas, la célula de las bacterias no tiene núcleo, el material hereditario no se encuentra en una región específica del citoplasma y la estructura más externa es la pared celular. Estas características corresponden a una célula procariota ( aquella que no posee núcleo celular).