Un juego que puede resultar divertido es mirar el cielo en una noche bien oscura y sin nubes y, con la imaginación, unir estrellas “dibujando” lo que se nos ocurra. Una noche de estas tomen una hoja de papel y, mirando el cielo, imaginen diferentes objetos uniendo unas estrellas con otras.
Los antiguos observadores del cielo, utilizaban esos “dibujos” para ubicarse en la inmensidad del cielo nocturno y los llamaron constelaciones. Ubicando un grupo de estrellas e imaginando una figura, recordaban lo que habían visto y tenían un punto de referencia respecto de otros grupos de estrellas. Las figuras que imaginaron eran aquellas que resultaban importantes para sus creencias o para su vida: animales, dioses u objetos cotidianos.
Algunas constelaciones se inventaron hace unos 4000 años en los pueblos que habitaban lo que hoy son países como Siria o Irak. Otras son más modernas: tienen 2000 o 1500 años de antigüedad. El griego Claudio Ptolomeo, hace más de 2000 años, escribió un libro llamado Almagesto con unas mil estrellas agrupadas en 48 constelaciones. Algunas son las que actualmente seguimos usando.
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