Según el historiador Felipe Pigna, Manuel Belgrano fue el portador de un pensamiento profundamente innovador para su contexto.
"Fue pionero en muchos aspectos: fue el primero en hablar de cuidado del medio ambiente, alertando sobre la contaminación de los ríos y la necesidad de cuidar los suelos, propiciando la rotación e innovación de los cultivos. Promovió la educación popular desde sus célebres Memorias del consulado , a mediados de la década de 1790, donde propone que ese rubro fundamental para el desarrollo de las sociedades debe ser obligatorio y a cargo del Estado, y donando enteramente el premio en metálico otorgado por sus triunfos en Salta y Tucumán para la construcción de cuatro escuelas.
Fue el primero en hablar de género en estas tierras, proponiendo que la mujer acceda en igualdad de condiciones a los tres niveles de la enseñanza.
Fue un notable promotor de la industria, creando la escuela de dibujo técnico, cerrada al poco tiempo por el virreinato, y sentando las bases de la necesaria complementariedad entre las producciones pecuarias y agrarias y su conversión en manufacturas".